jueves, 20 de septiembre de 2012

Pica Palo


Su voz profunda se paralizaba al recordar, su mirada calida y determinante temblaba al mirar al pasado otra vez a los ojos. Sendero tan complicado era el que se presentaba pictóricamente en el teatro de mi imaginación cuando pica palo me llevaba por los senderos de su vida y su familia. Allá por los setenta su padre había sido medico y su madre una gran ama de casa que había criado a catorce hijos, descendían de la aristocracia tirados a menos, me decía mientras pelaba un mango con sus afiladas manos. Pica palo era el del medio entre sus hermanos y recuerda como se gano su primer billete en una chacra de por ahí a los quince años, se impacientaba mientras pasaba la tarde entre humo y risas.
A los siete años conoce Méjico cuando su padre es declarado “comunista y terrorista” por el gobierno militar que ahogaba a la nación argentina por ese entonces. Tras el exilio vuelven a argentina y su padre y cuatro de sus hermanos desaparecen, su madre también muere en manos de los militares en el ochenta y seis mientras la democracia florecía en una nación destruida tras años y años de corrupción y muerte, tan golpeada en su identidad siglo tras siglo.
Solo dos cosas hay que saber decir para llegar a la bahía y vivir siete años:

Nao enche o saco e eu tenho fome.

Jorgito.

No hay comentarios: